Inteligencia artificial, ¿catástrofe natural?
Inteligencia artificial, ¿catástrofe natural?
Hace decenios que ella nos acompaña, ya sea para seleccionar los códigos postales con el fin de despachar más rápidamente nuestras cartas de amor, o en nuestros GPS para que nuestros trayectos en vehículo sean más sencillos. Nos es bastante útil y se generaliza sin hacer ruido: hoy en día todos nuestros teléfonos son smart. Pero ChatGPT (se aconseja la pronunciación inglesa), la última molienda de la inteligencia artificial, inquieta. ¿Con o sin razón?
Este robot conversacional se ha construido con los trabajos de Frege, Pierce, Russell, Gödel, Cantor entre otros, que los psicoanalistas conocen bien. Además, se sabe que Lacan se interesó en la cibernética. ¿Se podrá decir sin embargo que ese gran gato responde a Turing, quien en 1951 se preguntaba si las máquinas podían pensar? ¿Será mejor que Eliza, robot que ya en 1964 tomaba el lugar de un psi rogeriano bastante caricatural, el cual se contentaba con relanzar al interlocutor?
Las capacidades de ChatGPT van mucho más lejos y dividen a los pensadores del mundo: en pocos instantes puede escribir una tesis con referencias bibliográficas, puede hacer cualquier deber escolar. Denunciado como “plagio High Tech” por Chomsky, quien dijo que eso mata al aprendizaje, el robot fue prohibido por Ciencias Po y nuestro ministro de educación quiere regularlo. La Vieja Europa desconfiada versus el entusiasmo de americanos y chinos (cuyas universidades utilizan y domestican al gato macho).
¿Qué hubiera dicho sobre eso Lacan, quien en su época se interesó en la cibernética? Y Melman, ¿nos habría incitado a matar al mensajero de una nueva economía psíquica, o a jugar con él? Una cosa es segura, este nuevo pharmakon merece nuestro interés clínico, pues él está trastornando la transmisión de conocimientos, al tiempo de modificar nuestra relación con la letra. Ese texto sin inconsciente y sin cuerpo, ¿sería una ocasión para dar más lugar a la enunciación, a la expresión oral? Eso es el vaso medio lleno.
Omar Guerrero
Por el Buró de la A.L.I.
Traducción al español: Iris Sánchez