Melacanchon
Melacanchon
Al fin una buena noticia: debo existir ya que soy atacado públicamente. Déjenme volver a vestir mi capa mágica y ceñirme la espada-laser, les cuento. Un amigo (demasiado emotivo) me relata que en una de las redes sociales, cuya producción permite la purga cotidiana de sus emisores, una buena chica se sacrifica bajo las órdenes de sus patrones y se monta en la tasa del inodoro para ridiculizar una conferencia que hice en la EPhEP[1]. Hacía mucho tiempo que me creía olvidado, demasiado viejo, jubilado: para nada. En un mundo en el que todo se va al diablo, es la misma virulencia de siempre lo que hincha a los mismos Dalton, ustedes saben, esos dos hermanos (cada uno vale por dos) quienes echaron mano a la herencia de Lacan y siguen preocupados -¡qué bella constancia!- por borrar toda huella de sus fechorías. Desde luego, los más jóvenes incurren en algunos riesgos esforzándose en aparecer como portavoz de Mélenchon, quien por sí mismo celosamente garantiza muy bien la función, pero un hijo menor/segundón/cadete se ve obligado a tratar de imponerse a su mayor.
Yo estaba en esto, en entretenerme con los huecos de las termitas de mi capa, cuando de repente exclamé: ¡pero por supuesto! Mi orgullo me hacía creer que era yo el objetivo, cuando - ¿se lo imaginan? - ¡es el valiente Patrick Landman quien está en el punto de mira! Militante de la causa de los “psis”, en efecto, él se halló asociado a nuestros dos especialistas del agit-prop muy decididos a hacerle saber el precio de su frecuentación, y que él tendría que elegir entre la EPhEP -a la cual él contribuye con sus conferencias- y ellos, los Dalton. Tanto así que se pone en marcha una operación en la que ellos tienen como objetivo absorber a Espacios Analíticos, ahora que el Alzheimer de los fundadores hace olvidar aquello que al inicio era su protesta ante la usurpación, por nuestros dos bribones, del trabajo del suegro/bello-padre y su transformación en una central de franchising.
Es así como he abierto mi capa decididamente usada, para echarla a la basura, y me he instalado en una mecedora en la terraza para seguir la continuación de los eventos.
Firmado: Judex
(Melman ha dicho que él está de acuerdo con que estas pocas líneas sean publicadas, y él tiene mucha razón)
Traducción al español: Iris Sánchez