Jedito
Jedito
El sentido de mis esquelas no es sino hacer valer lo mucho que la enseñanza de Lacan permite la legibilidad de los fenómenos extraños que fracturan a nuestra cultura, y que así para nosotros orienta la conducta o las posiciones a sostener. A sostener, si se estima que los falsos-agujeros invalidan las acciones que éstos suscitan y transforman la alienación en esclavitud.
Consideremos a nuestro cargo el tema recurrente de la igualdad.
Antaño tuvo su sentido, político, en el combate del Tercer-Estado con la aristocracia. Hoy en día, sumergido en las relaciones económicas, sociales, conyugales, se vuelve deletéreo, puesto que al resucitar el fantasma de una sociedad de amos (el pipí para todos) abre el lecho de la tiranía: muerte al otro, muerte al Otro. ¡Viva el jefe! que nos vuelve a todos idénticos.
No escojo este tema por casualidad, ya que desde Viena este tema atormenta a las comunidades analíticas en suspenso de ser privadas del al-menos-uno que legitime sus conceptos. Y por eso los candidatos se apresuran para recomendar la llave mágica que abriría la lata de sardinas: porque se tiene hambre del jefe que nos permitiría estar apretados y presurosos juntos, en caliente, igualitarios.
Y aquel que está delegado en el lugar del al-menos-uno para recordar estas verdades, démonos prisa en reducirlo a 0, a fin de que finalmente un asesinato resucite, pero de verdad, el Uno que no era sino el producto de una voluntad general.
Yo lo decía recientemente en una discusión con Safouan en el Espacio Analítico: Edipo es un pobre tipo, y la madre es sólo el objeto del deseo porque ella está impedida. No por el padre, pobre diablo, sino por la misma estructura del deseo. Vayan entonces a vivir con sus madres, y verán lo que eso da.
Relato todo esto -además muy conocido- para decir que el signatario de los edito-riales no es el autor sino su producto. Por eso es legítimo -una vez más, la ley del lenguaje- que en lo adelante estén firmados con su verdadero nombre, como el que sigue…
Jedito
10 de julio de 2020
Traducción al español: Iris Sánchez