Acto en Aristóteles es realizar una potencia. En la filosofía aristotélica, la potencia es la capacidad de llegar a ser algo, mientras que el acto es la realización de esa capacidad. Ahora, para el ser que vive en un mundo de metáfora, la ficción es su potencia.
Entonces, ¿qué es una ficción? Es lo que la castración simbólica permite al neurótico. Es la posibilidad de encontrar “una forma de malentendido en el cual pueda subsistir.” (Lacan, 1968).
Pienso que hace falta una cierta sensibilidad, que en este caso es metonímica, no sensibilidad en relación a los sentidos, sino remite a un campo de una cierta capacidad, posibilidad, de ficcionalizar, de inventar, no en el sentido de imaginar solamente, sino de desplazar y de escuchar los desplazamientos en el discurso al prescindir de cualquier mínimo atisbo de objetividad para la escucha y el decir. Llegar a ver los castillos en el aire, a escuchar las sinfonías gloriosas en honor al goce, a su goce, que en significantes polisémicos (lo cual es una redundancia) el analizante construye para el analista. Esto es, apreciar el valor subjetivo de las ficciones, de las dicciones, de las suyas, de las nuestras, (y no pincharle el globo, al menos, no demasiado pronto). Acto ficcional de erotizar, por ejemplo. ¡Qué hermoso! Casi siempre. Pero no siempre. ¿se puede hablar de un acto de ficcionalizar?
Lacan dice el 10 de enero de 1968, que, sin acción, sin acto no habría principio y ¿por qué es importante el principio?, ¿en qué lógica nos movemos para que un principio sea de algo fuera del orden cronológico?, ¿o ¿en qué ficción nos movemos? no buscamos un arjé pero encontramos un fantasma, una lógica, un sentido a descongelar. (Me gustaría relacionar la ficción con el fantasma, en otra ocasión).
¿Será acaso cómo si pelásemos cebollas?
Para Bentham, a quien Lacan alude, una ficción es un elemento del discurso que no tiene existencia en realidad, pero que produce efectos, cuyo poder (de las ficciones) depende del poder de las palabras.
La ficción heurística es una ficción en el sentido de la interpretación que, en su etimología εὑρίσκειν (eariskein) (eriskin), significa encontrar.
¿En qué medida una ficción puede ser utilizada para conceptualizar lo que toca a lo inconsciente? Se pregunta Gilles Bourlot en 2016. Se responde: La ficción concierne a la actividad de pensar en sí misma. La ficción puede tener un rol decisivo en el despliegue de un pensamiento. Y, si soy donde no pienso, ¿actúo o ficciono? ¿Habrá alguna diferencia? ¿La posible implicación de lo Real, hará esa diferencia?
Entonces dar forma a ficciones interpretativas, en el momento donde lo inconocible se muestra como un límite al deseo de saber (Bourlot, 2016). Se trata de un Deseo de saber lo no susceptible de saberse. Solo a través de un acto en retrospectiva, acto que fue ejecutado, que tomó lugar, pero del cual solo se sabe de manera posterior, por sus consecuencias. No fechable, entonces.
Una entidad ficticia es fundamentalmente una entidad verbal dice Bentham en su teoría de las ficciones. Mientras Lacan dice en la ética que La ficción es un elemento constitutivo del orden simbólico.
Una ficción implica aceptar la incertidumbre en la representación.
Se trata pues de ficciones que son particulares, pero subjetivamente necesarias, de las cuales está tejida la trama simbólica. Ficciones que se producen, se fijan, se alteran, se cuestionan en la situación transferencial, lo que dirige a pensar en el objeto a y en la función y el deseo del analista, porque ¿Cómo se incorpora un acto a una estructura? Hablando, escuchando, diciendo, callando, (supongo). O haciendo. El objeto a se desplaza, se mueve entre sus posibilidades semblantes, hasta donde alcanzo a entender.
Cita de Lacan: “en la dimensión del acto surge ese algo que implica (…) la inscripción en alguna parte, el correlato del significante, que en verdad no falta jamás en lo que constituye un acto”. Es en sus consecuencias que se define un acto.
“…en lo que respecta al analista tal como lo vemos surgir ahora a nivel de su acto, ya hay saber del des-ser del sujeto supuesto saber en tanto que por toda esta lógica es la posición de partida necesaria” (Lacan, 1967-1968: 17/01/68).
Hay que borrarse también, entonces. Lo que no significa desficcionalizarse. Sino dejar caer el objeto causa de deseo, causa de sujeto. Dejar la función.
“El acto analítico esencial del psicoanalista implica algo que yo no nombro, que he esbozado bajo el título de ficción y que se vuelve grave si se convierte en olvido: fingir olvidar que su acto es ser causa de ese proceso” Clase 3 fecha 1967.
El sujeto supuesto saber es una ficción. Necesaria. Su función no es una ficción, es un acto. Se materializa en el acto de desaparecer. Lo cual suena simple, pero es duro.
El acto analítico supone la puesta en juego del deseo del analista, tal como Lacan entiende este concepto. Para que el acto analítico adquiera valor de tal, el deseo del analista debe operar como función. Por otro lado, es una función que no opera en el vacío, sino que adquiere cuerpo en el acto analítico mismo:
No hay psicoanalizado, hay un « habiendo sido psicoanalizante », de donde no resulta más que un sujeto advertido de eso en lo cual él no podría pensar como constituyente de toda acción suya. (Lacan, 1967-1968).
Bueno, hasta ahí voy hoy. Gracias.
Referencias
Bentham, J. (2005). Teoría de las ficciones. Marcial Pons.
Bourlot, G. (2016). Qu’est-ce qu’une fiction ? Anatomie des fictions de Freud à Lacan. http://dx.doi.org/10.1016/j.evopsy.2016.06.003
Lacan, J. (1967-1968). L’acte psychanalytique. Transcripción de la ALI.
Lacan, J. (1959-1960/2012). La Ética. Paidós.